Todas las formas de organizarse y de andar los caminos son correctas, si nos llevan al lugar adonde todos queremos llegar
En el caso de una cultura que está en proceso de renacer, como la nuestra, con la mayoría de la población viviendo en condiciones urbanas, habiendo perdido las costumbres y creencias propias que son posibles de sostener mientras se vive en Comunidades, se plantean nuevos retos, situaciones que probablemente otras culturas no tengan que vivir, debido a la continuidad ininterrumpida de su historia, ya sea por la estabilidad de las instituciones de poder, o similares.
¿Quién tiene la razón?
El querer, la capacidad y el derecho para ejercer el poder pueden tener distintos orígenes., pueden generarse de distintas formas:
--> El reconocimiento a la persona o institución que ejerza el poder puede tener un origen externo, como por ejemplo, venir de una legislación que ha sido impuesta, que la autoridad haya sido impuesta, por ejemplo por el gobierno u otra institución del Estado.
--> Conocemos casos en que el reconocimiento adquirido momentáneamente en un ámbito particular del quehacer (puede ser un trabajo de investigación, etc. se ha convertido en una fuente prestigio, que ha llevado a convertir a esa persona exitosa en un ámbito a arrogarse autoridad en otros ámbitos.
--> En las así llamadas “Comunidades Troncales” diaguitas, donde una familia o un clan se reúne, el poder está basado en la costumbre de que el jefe de familia es también la primera autoridad política (INDEPENDIENTEMENTE DE SI ES HOMBRE O MUJER)
--> Con alguna frecuencia observamos que las crisis espirituales u otros fenómenos internos se convierten en fuentes de poder. Lo anterior independientemente que estos fenómenos humanos no puedan aún ser explicados por la ciencia actual .
--> La elección democrática de las autoridades, por la propia Comunidad diaguita. Este es el caso de la Comunidad Diaguita AMACK TAMBILOS – en la cuarta Región, que por su actuar acogedor a otras Comunidades ha despertado la sospecha de otras cuya génesis del poder no se corresponde con aquella.
El anciano que suscribe este artículo es de la opinión que una solución estable y duradera puede ser alcanzada por todas las anteriormente citadas, u otras que vayan apareciendo en el camino.
Cada Comunidad debe darse el derecho a generar sus autoridades como consideren mejor.
Todas las posibilidades favorecerán a nuestro pueblo, si los objetivos estratégicos para todo nestro pueblo están claros y tos aportan para lograr el mayor bien común posible.
Es posible generar un poder estable considerando las más antiguas tradiciones ancestrales como las surgidas de las normas que impone el Estado Chileno. Más allá de las diferencias, esperamos que ambas sean apropiadas para generar unidad, al tiempo que deberían dar cuenta y abrir espacios a los nuevos tiempos, entre otros, a los espacios culturales distintos en los que vivimos.
Es posible que una parte de nuestra población esté dispuesta a aceptar las formas históricas en que se genera el poder en comunidades indoamericanas. En este caso, creo, se debe aceptar la decisión de esos hermanos y hermanas, estimulando la manifestación de lo mejor de esas tradiciones, al tiempo que estimulándolos a la incorporación de lo mejor que la humanidad en su conjunto ha logrado en los ámbitos de la educación, de la salud, del emprendimiento bioresponsable, etc.
Es posible que otra parte de la población diaguita se manifestará a favor de la modernización del sistema de generación del poder, prefiriendo formas democráticas para elegir, controlar y sancionar el ejercicio del poder que han confiado en sus autoridades.
Esta es una forma también absolutamente válida de organización y de generación del poder, que también implica ventajas y desventajas.
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